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Una premonición sobre la muerte marcó la tragedia de los 5 jóvenes

Una irreflexión entre adolescentes y un joven mayor de edad, que tomó las llaves del carro de sus padres, aprovechando que estos dormían, para buscar y dar un paseo con sus  amigos de infancia, terminó en una tragedia que ha destrozado a cinco familias.

“Viejo, fuimos casi llegando a la capital y nos devolvimos; Miguel está loco… la curva a 180, y ahora vamos a La Vega y compramos más bebidas. Muchachos los quiero, si hoy me muero”, escribió por WhatsApp uno de los cinco jóvenes que fallecieron la madrugada del domingo en un accidente de tránsito en el Ranchito, La Vega.

Pero la terrible premonición no solo se quedó en escritura, también el mismo joven realizó un video donde decía: “Si aquí morimos los quiero, chicos, los queremos”.

Las cinco víctimas en el accidente fueron identificadas como Luis Jesús Almonó, Camil Francisco Rodríguez, Emil Suárez Ledesma, los tres de 15 años, Navil Piña de la Rosa, de 16, y Miguel Ángel de la Cruz, de 22.

Los adolescentes eran hijos de familias de San Francisco de Macorís, de acuerdo a los informes. Uno era hijo de un juez, otro de una doctora y los demás de comerciantes y profesionales.

El vehículo en el que se trasladaban era un Toyota Corolla, color negro, placa A-611141, cuyo conductor perdió el control y se estrelló primero contra una caseta y luego con la pared de una banca de loterías.

Cientos de personas, entre ellos estudiantes y maestros, acudieron ayer al colegio La Altagracia, donde también estaban los parientes de los fallecidos, para dar el pésame a las cinco familias.

Otra muerte
En otro caso registrado en La Romana, Bernardo Pío Ozuna, de 56 años, falleció ayer en un accidente de tránsito, mientras conducía su moto por una calle de esa ciudad.

Ozuna chocó con otra motocicleta cuando conducía por la calle Gregorio Luperón, próximo al hospital “Francisco A. Gonzalvo”. Luego del suceso ocurrido frente al parque de Las Enfermeras, otros vehículos chocaron de frente, pero fue por distracción, según se le informó al bloguero Ricardo Pérez, quien vive en La Romana.