Opinión

El Caso de Ocoa

El artículo 40 de la misma constitución establece en su párrafo 1, nadie podrá ser reducido a prisión o cohibido de su libertad sin una orden escrita y motivada de un Juez competente, salvo en caso de flagrante delito, de ahí que, lo sucedido en Ocoa, es digno de los más aberrantes recuerdos de los peores tiempos desde la fundación de la República.

Cuando el río suena es porque agua trae y sino, piedra o palos arrastra, es lo que pasó en Ocoa, al desbordarse la racionalidad institucional cuando en un arranque de ira las autoridades apresaron de manera ilegal al ciudadano Dr. Wazar Gómez, en el momento en el que se manifestaba en orden y en plena calle portando una pancarta en la que señalaba su inconformidad con la política de salud del Gobierno Dominicano, fue un acto grosero, arbitrario y abusivo.

La Constitución Dominicana, en su artículo 49 dice: toda persona tiene derecho a expresar libremente sus ideas, pensamientos y opiniones por cualquier medio sin que pueda establecerse censura previa, lo que no se observó ni se respetó, fue un hecho brutal propio de tiempos que creíamos ya superados, pero Macabon, no duerme ni sueña y solo agrade violentando los sacrosantos principios fundamentales, Ocoa, es solamente la antesala de lo que pasará si publican la Ley 1 – 2024.

El artículo 40 de la misma constitución establece en su párrafo 1, nadie podrá ser reducido a prisión o cohibido de su libertad sin una orden escrita y motivada de un Juez competente, salvo en caso de flagrante delito, de ahí que, lo sucedido en Ocoa, es digno de los más aberrantes recuerdos de los peores tiempos desde la fundación de la República.

Pero si vergonzosos fueron los hechos de Ocoa, mucho más lo fue la manera de cómo se «resolvió» ya que la intervención del Sr. presidente de la Nación, evidenció dos cosas sumamente delicada y peligrosa como son: primero, el desprecio de los organismo inferiores al orden legal y constitucional y segundo, la intervención del mandatario con lo que dejó claro que su poder, si no es absoluto, por lo menos en el presente caso lo deja como ejemplo de lo que pasará con los derechos civiles y fundamentales de la República.

Lo ocurrido en Ocoa, a parte de las ya lecturas que he dado tiene otra y muy delicada connotación y cuyo fondo es de puro corte electoral, por lo que después de lo que pasó con el Ciudadano Gómez, queda claro que la intención manifestada no deja dudas de por donde estaría dispuesto el mandatario, su partido y aliados a transitar en el proceso electoral si advierte que en las URNAS, se reflejará algo distinto a lo que esperan.

Lo grave de esta realidad es, que las voces que ayer criticaron hecho como el de Ocoa, hoy aplauden con las misma manos que antes dejaban en los bolsillos. JMH