Un Senado poco productivo
Los senadores son los representantes de cada una de las 32 provincias que conforman el país, cargo con una exigencia laboral y política mayor a la de un diputado, pero también con muchos mejores beneficios.
Sin embargo, la existencia del Senado como órgano legislativo ha sido debatida en algunos puntos de la historia, dada las críticas que han llovido por el poder que poseen o la cantidad de beneficios que reciben, entre ellos el manejo a discreción de “el barrilito”.
El Senado, al igual que los diputados, tiene como misión representar, legislar y fiscalizar, y en el “día a día” los senadores dividen sus trabajos entre las sesiones del pleno y las comisiones de trabajo, al menos dentro del Congreso Nacional.
Justamente el diarismo de los legisladores ha sido uno de los puntos de inflexión que llevó a la discusión sobre la hipotética disolución de ese órgano.
Y es que los senadores faltan y se ausentan a sus trabajos dentro del Congreso Nacional, más allá de que el artículo 63 de su reglamento establece la asistencia obligatoria: “Los senadores están obligados a asistir puntualmente a las sesiones del Pleno y a las reuniones de las comisiones de trabajo a la hora fijada y deben permanecer en las mismas hasta su término”.
Las excepciones que ofrece el reglamento para ausentarse de manera justificada, es la autorización de falta por parte del presidente del Senado o la presentación de excusas. Estas últimas son remitidas por los senadores de forma escrita y luego son leídas en el hemiciclo, pero al escucharlas no tienden a estar ampliamente sustentadas y son aceptadas sin investigación alguna.
Esas excusas y ausencias, tanto a la sesión de trabajo como a las comisiones de la pasada legislatura, fueron recopiladas por Listín Diario y develaron los senadores que tiene una tendencia a faltar, que presentamos a continuación.
Pero también develó el rendimiento en conjunto de la cámara alta, visto desde las horas que dispusieron a sesiones de trabajo, que es donde se conocen y aprueban los proyectos de ley.
Dependiendo de cuantas comisiones es miembro, el legislador va a tener más o menos cantidad de reuniones y por ende de trabajo, algo que queda a decisión del propio senador.
Lo que sí tiene un número exacto son las sesiones de trabajo, que durante la pasada legislatura los senadores fueron convocados a 32 reuniones, en seis meses, donde laboraron en total 86 horas y 10 minutos.
Dígase, los senadores trabajaron en seis meses lo semejante a casi dos semanas de lo que exige cumplir el Código de Trabajo a un empleado promedio, 44 horas semanales.
Félix Ramón Bautista Rosario
El nombre de Félix Bautista en los últimos años ha sido señalado por supuestos actos de corrupción que no se han probado y en el Senado, entidad a la cual pertenece desde el 2010, muestra un destacable desempeño a nivel de introducir iniciativas legislativas, pero no en cuanto a asistencias.
De 32 sesiones convocadas en la pasada legislatura, Bautista se ausentó en 9, salió a mitad de una y por lo tanto solo completó 22 reuniones. Mientras que en comisiones fue convocado en 70 ocasiones, asistió a 48 y faltó a 22.
Donde sí demuestra mayor interés es en lo concerniente a las iniciativas, ya que el representante de San Juan ha propuesto 50 proyectos de ley (siendo el senador que más ha propuesto) y cuatro resoluciones.
Héctor Elpidio Acosta Restituyo (El Torito)
El artista decidió probar suerte en la política y se impuso en las elecciones del 2020, siendo electo senador de la provincia Monseñor Nouel, pero durante su primera legislatura no mostró sus mejores números.
“El Torito” faltó en cinco ocasiones y en otras cinco no concluyó la reunión de trabajo completa, por lo que solo estuvo durante toda la sesión en 22 ocasiones. A nivel de comisiones, fue convocado 50 veces, asistió a 24 y se ausentó en 26.
En lo que respecta a iniciativas legislativas, ha firmado dos proyectos de ley y 5 resoluciones.
Ramón Antonio Pimentel Gómez
Moreno Arias, como se conoce popularmente, no tiene una destacada participación en el hemiciclo y es más conocido por una situación en su provincia Montecristi donde dijo haber tenido el visto bueno del ministro de Interior y Policía para liberar a una persona de un destacamento.
El legislador ha faltado cinco veces y se ha retirado antes de tiempo en tres ocasiones, por lo que ha completado 24 sesiones del pleno. En comisiones, ha sido llamado para 41 reuniones estando presente solo en 18 y ausentándose a 23.
En lo que respecta a iniciativas legislativas, su nombre aparece en cuatro proyectos de ley y cuatro resoluciones.
A parte de estos tres legisladores, hay un caso particular a mencionar, y es que el presidente del Senado, Eduardo Estrella, solo aparece como miembro de una comisión y no ha tenido ninguna reunión de trabajo bajo esa modalidad.
Estrella solo ha faltado en una ocasión a las sesiones del hemiciclo y fue a causa del COVID-19.
Inasistencia y “consecuencias”
Como se dijo previamente, el artículo 63 del reglamento del Senado obliga a los legisladores asistir y permanecer durante todo el tiempo que dure una reunión de trabajo, ya sea sesión o comisión, salvo excusa legítima.
De igual manera, en el artículo 62 detalla 12 obligaciones que deben cumplir los senadores y entre ellas hay tres que hablan específicamente de la asistencia y puntualidad a las reuniones. Asimismo, en el 275 vuelve a reiterar que “es obligatoria la asistencia del senador, miembro de una comisión, a menos que presente excusa legítima y motivada”, por lo que en varios tramos de su reglamento se les recuerda a los legisladores el presentarse a trabajar.
No obstante, y como se lee en cada uno de los artículos mencionados, los senadores pueden presentar siete tipo diferentes de excusas para faltar a sus labores y no necesariamente van a ser investigadas.
El artículo 64 sobre “excusas legítimas” establece que los legisladores deben mandar una excusa escrita por alguno de los siguientes motivos: Enfermedad o diligencia médica; Licencia concedida por el pleno; Duelo Familiar u otro suceso análogo; Representación oficial del senado; Situaciones familiares; Eventos Trascendentes en el ejercicio de su función de representación o “Causas de fuerza mayor”.
Dígase, los senadores tienen todas las facilidades y justificaciones para no asistir a sus labores, sin que se le pueda juzgar por ello.
Y es que en el párrafo I del artículo 67 del reglamento, dice que las reiteración prolongada de ausencias de senadores con presentación de excusas “podría dar lugar” que se apodere a la comisión permanente de ética y al consejo de disciplina para “comprobar la justificación de las causas de las mismas”.
Dígase, solo en una situación excepcional las excusas presentadas por los legisladores serían revisadas por el consejo de disciplina del senado, el órgano encargado de conocer las faltas en que incurra el senador, pero que pasada la primera legislatura aún ni se ha conformado.
El consejo de disciplina, que aún no ha formado, tiende a estar conformado por cinco senadores, los cuales son los que decidirán la suerte de sus propios colegas de labores.
Este órgano tiene la potestad asimismo de imponer seis tipos de sanciones, que van desde una amonestación pública, hasta el juicio político, pero aún no se ha dado el primer caso, más allá de las ausencias constantes de varios senadores.
Sobre esto último, el artículo 68 del reglamento indica que el presidente del Senado, Eduardo Estrella, deberá publicar el listado de los senadores que no asistan puntualmente y de aquellos que no presenten excusas “en medios de circulación nacional y en el portal institucional”, acciones que nunca se han tomado en la presente gestión.
Beneficios y Barrilito
Con la finalidad de poder cumplir su trabajo legislativo, los senadores tienen un paquete de beneficios que van desde un sueldo considerablemente elevado, al cual se le suman otras compensaciones económicos, exoneraciones vehiculares, pago de oficina, empleados y el fondo de asistencia social senatorial, conocido popularmente como “barrilito”.
Los senadores tienen un sueldo de RD$320,000, a los que se le suman beneficios de RD$50,000 en gastos de representación; RD$25,000 en viáticos y RD$3,500 por cada sesión a la que asistan.
El paquete también incluye derecho a dos exoneraciones de impuestos para traer vehículos del exterior y presupuesto a parte para el funcionamiento de sus dos oficinas, una en el Congreso Nacional y otra en su respectiva provincia.
Cada una de esas oficinas cuenta con al menos 10 empleados cada una, que son costeados por el Senado.
También, cada senador recibirá cerca de RD$25,000 en concepto de hospedaje, para los momentos en los cuales se encuentren en la capital.
Y sumado a todo esto, los bloques de partidos políticos también reciben un monto no especificado, que para el 2007 se dividió en 50 por ciento para el Partido de la Liberación Dominicana (PLD); 30 por ciento al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y 20 por ciento al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Sin embargo, detalla que otorga RD$470,000 mensuales para el pago de empleados.
En lo que respecta al barrilito, un documento obtenido por este medio, refleja que el barrilito, que son fondos para que los senadores usen a discreción para otorgar “ayudas” a sus pobladores, se estableció bajo un “criterio poblacional”.
Este criterio establece: “Un mínimo de 400 mil pesos; tomar en cuenta los “niveles de pobreza”; el número de habitantes, RD1.00 por cada uno y un máximo establecido en RD$900mil”.
En total, el Senado entrega más de 20 millones de pesos en barrilito para que los senadores repartan a voluntad entre sus pobladores.