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Renuncia ministro de Salud de Brasil tras 1 mes en el cargo

El ministro de Salud de Brasil Nelson Teich renunció ayer después de menos de un mes en el puesto, una señal de la continua convulsión en torno a la manera en que el país debería hacer frente al coronavirus.

La renuncia del funcionario se dio al día siguiente de que el presidente Jair Bolsonaro lo presionará más para que extendiera el uso de cloroquina, un fármaco antimalárico, en la atención de enfermos de COVID-19.

El doctor Teich, oncólogo y consultor en materia de salud, asumió su cargo el 17 de abril con el cometido de alinear las medidas del ministerio con la posición del mandatario, de que las restricciones para contener la pandemia no deben destruir la economía de Brasil.

El predecesor de Teich, Luiz Henrique Mandetta, también había rechazado el uso de la cloroquina, la cual ha sido promovida también por el presidente estadounidense Donald Trump como tratamiento contra el COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

Cuatro ministros gubernamentales que hablaron tras la renuncia de Teich defendieron la idea de que se permita que los pacientes usen el fármaco si así lo desean, incluyendo el ministro de Economía Paulo Guedes y el jefe del gabinete, general Walter Braga Netto.

Las autoridades dicen que casi 15.000 personas en Brasil han muerto de COVID-19, aunque algunos expertos consideran que la verdadera cifra es mucho mayor debido a que el número de pruebas aplicadas es insuficiente. Los analistas sostienen que el país más grande de Latinoamérica aún no llega al pico de la crisis.

El general Eduardo Pazuello, quien no tenía experiencia en asuntos de salud pública hasta que se convirtió en el segundo funcionario de mayor rango en la dependencia, será ministro interino hasta que Bolsonaro elija a su reemplazo. Medios de prensa brasileños han dicho que la capacidad de Teich de realizar su trabajo había sido debilitada por el nombramiento de docenas de oficiales militares para que laboraran en el ministerio.

“La vida está hecha de elecciones y hoy decidí irme”, le dijo Teich a los periodistas en la capital Brasilia. No explicó por qué dejó el puesto y se negó a responder preguntas.

Braga Netto, el jefe de gabinete, dijo que Teich dejó el puesto “por razones personales”. Bolsonaro no hizo comentarios.

Teich renunció un día después de que el mandatario les dijo a empresarios en una videoconferencia que relajaría las normas que regulan el uso de la cloroquina con el fin de emplearla en atender a pacientes con coronavirus. Teich ha dicho con frecuencia que la eficacia de ese fármaco contra el COVID-19 es “incierta”, y esta semana advirtió sobre sus efectos secundarios.

Hasta ahora el Ministerio de Salud autorizaba el empleo de cloroquina sólo en pacientes graves infectados con coronavirus.

A instancias de Bolsonaro, el Laboratorio Químico y Farmacéutico del Ejército elevó la producción de cloroquina a fines de marzo.

Investigadores reportaron en abril que no se detectaron beneficios en un amplio análisis del uso del fármaco o de una sustancia relacionada, la hidroxicloroquina, en hospitales estadounidenses para veteranos de guerra. También el mes pasado, científicos en Brasil suspendieron parte de un estudio sobre la cloroquina después de que se presentaron arritmias en un 25% de los participantes a los que se les dio la dosis más alta de las dos que se probaron.

Los gobernadores que han recomendado el establecimiento de una cuarentena y que se abstuvieron de promover el potencial no demostrado del fármaco para tratar el COVID-19 dijeron que la renuncia de Teich es reflejo del fracaso de Bolsonaro para manejar la pandemia.

Wilson Witzel, gobernador de Río de Janeiro y exaliado de Bolsonaro, dijo que “nadie puede hacer un trabajo serio con interferencias en los ministerios”.

“Es por ello que los gobernadores y los alcaldes necesitan encabezar la crisis de la pandemia, y no usted señor presidente”, afirmó Witzel en Twitter.

El gobernador de Ceará, uno de los estados más golpeados por el coronavirus, dijo que la salida de Teich “trae consigo enorme inseguridad y preocupación”.

“Es inaceptable que, ante esta grave crisis de salud, el gobierno siga enfocado en discusiones políticas e ideológicas. Eso es una afrenta a la nación”, afirmó Camilo Santana.

El 16 de abril, Bolsonaro destituyó al predecesor de Teich, Mandetta, que encarnaba la oposición al mandatario por sus críticas a las recomendaciones de cuarentena y restricciones a negocios promovidas por los gobernadores. El presidente estaba ansioso de reanudar las actividades económicas y advirtió que el no hacerlo provocaría que Brasil cayera en el “caos”.

Al asumir el puesto, Teich prometió equilibrar las cuestiones de salud con las inquietudes económicas del presidente. No cuestionó abiertamente los puntos de vista de Bolsonaro, pero sí defendió las medidas de quedarse en casa.

Miguel Lago, director ejecutivo del Instituto de Estudios para Políticas de Salud, que asesora a las autoridades, dijo que Teich no pudo formar su propio equipo, no tenía la fuerza política de Mandetta y no estaba dispuesto a contravenir las recomendaciones de los científicos.

“Evidentemente tenía limitaciones”, dijo Lago. “Se negaba a contrariar lo que ha sido el consenso de la comunidad científica. Jamás aceptaría eso de la cloroquina que quería Bolsonaro, recomendar públicamente que el sistema de salud pública usara cloroquina como remedio”.

Horas después de que Teich dejara el puesto, el Ministerio de Salud comenzó a enlistar cifras sobre la distribución de cloroquina como parte de sus estadísticas acerca de las iniciativas del gobierno contra la pandemia, junto con las camas de terapia intensiva, las pruebas y las vacunas contra la influenza.

El analista Filipe Gruppelli Carvalho de la consultoría de riesgos Eurasia Group dijo que la capacidad del Ministerio de Salud para tener “un papel de coordinación efectivo desapareció con la salida de Mandetta”.

“A fin de cuentas, la destitución de Teich refuerza nuestro punto de vista sobre los crecientes riesgos derivados de la pobre respuesta gubernamental a la pandemia, lo cual podría contribuir a que la presidencia se debilite y disminuya el respaldo a Bolsonaro en la fase posterior a la pandemia”, afirmó.

El periódico Folha de S.Paulo publicó un editorial tras la salida de Teich, en el que dice que Bolsonaro está intentando “poner su propia supervivencia por encima de las políticas estatales y el interés nacional”.

“La renuncia de otro ministro de salud —en menos de un mes y durante la emergencia de salud más grave de la historia contemporánea— deja ver la caída de un presidente que ni siquiera pretende gobernar el país”, afirmó el diario. “Como si las calamidades económicas y sanitarias no fueran suficientes, él se convirtió en una crisis que requiere ser enfrentada”.

Tras el anuncio de la renuncia de Teich se escucharon cacerolazos en diversas partes de Sao Paulo y Río de Janeiro.