Renuncia es la opción más viable para Trump
Es difícil entender los motivos que llevaron a los norteamericanos a elegir un presidente como Donald Trump. Entre los años 2002 – 2004 tuve la experiencia de conocer personalmente a Trump y en una ocasión viajé en su avión a su club Mar – a – Lago en Palm Beach. Su estilo, formas y conversación no me causaron una buena impresión. Por tanto, cuando fue electo como presidente en el año 2016, me dije a mi mismo que los norteamericanos habían cometido un grave error.
Lo ocurrido ayer en el Capitolio no me sorprendió. Durante cuatro años, sus ataques a la prensa, insultos y prepotencia marcaron su gestión. No obstante, este hecho dio lugar a que me hiciera numerosas interrogantes. ¿Por qué el Capitolio no estaba protegido? ¿Dónde estaban las fuerzas policiales, las de seguridad y la guardia nacional? ¿Por qué eran los asaltantes del Capitolio todos blancos y algunos de ellos llevaban la bandera confederada? Noté la pasividad de las fuerzas policiales dentro del Capitolio y su escaso número.
Ver al senador Josh Hawley caminar hacia el Capitolio con su puño en alto y a la vez escuchar los discursos incendiarios de Rudy Giuliani y Donald Trump Hijo fue desconcertante. Me pregunté cuál era el propósito de los insurrectos. Era claro, buscaban impedir que el congreso pudiera certificar los resultados del Colegio Electoral que proclamaban a Joe Biden como el ganador de las elecciones presidenciales.
Escuché al presidente electo tratar de calmar y unificar a la nación. Más luego, a Donald Trump reiterar que hubo un fraude electoral y enunciar públicamente que apoyaba y amaba a los insurrectos. En mi opinión esa declaración era una desgracia para esa nación. En las horas siguientes hubo una notable ausencia de liderazgo político y de las fuerzas de seguridad. Los hechos me decían que era una insurrección promovida por el Presidente Donald Trump y algunos colaboradores cercanos que, en una forma u otra, buscaban una vía para dar un autogolpe.
La realidad en este caso puede resumirse de la forma siguiente.
1- Trump presionó al vicepresidente para que ejerciera su poder y no aprobara en el senado la certificación de que Joe Biden había ganado.
2- Trump instruyó a sus seguidores a que ocuparan el Capitolio.
3- Trump se negó a ordenar que la Guardia Nacional acudiera al Capitolio para sacar a los insurrectos.
No sé que hará el liderazgo norteamericano para evitar daños mayores a la credibilidad de ese país y para evitar que la situación empeore. Son varios los escenarios que se han presentado:
a- Invocar la enmienda 25 de la constitución y declarar al presidente como incapaz de ejercer su cargo. Este escenario no lo creo posible porque el gabinete y el vicepresidente Mike Pence no lo aprobarían.
b- Hacer un juicio político (Impeachment) al presidente vía el congreso. Esta opción la considero impráctica, ya que tomaría mucho tiempo.
c- Tratar de aislar y restringir las acciones que el presidente pueda realizar. Esta iniciativa sería muy difícil de poder ejecutarla.
d- Convencer o quizás forzar al presidente de que debe renunciar. Esta última es la más viable y quizás la mejor opción para Trump.
Me preocupa lo que pueda ocurrir en los días restantes que le quedan a Trump para ser sustituido. Él sería capaz de complicar más la situación política. Además, hay que tener en cuenta que como comandante en jefe de las fuerzas armadas tiene el código que le permitiría lanzar un ataque nuclear. Es prudente considerar que Trump en estos momentos es un hombre desesperado, y por tanto, existe una enorme incertidumbre sobre lo que todavía puede hacer.
Las autoridades y las instituciones norteamericanas deben actuar con rapidez para que todos los implicados en esas acciones sean castigados según sus leyes. La realidad es que el poder se ha degradado en los Estados Unidos de América. Ese país que sirvió de modelo democrático y que se erigió como juez y parte de los procesos políticos en otros países y muy especialmente en Latinoamérica; hoy se coloca como lo que ellos mismos denominaron despectivamente ‘‘Repúblicas Bananeras’’.
El autor fue Embajador de la República Dominicana ante los Estados Unidos de América