Ramírez y Herrera golpean duro el “tapón” hacia Pabellón de la Fama
Toda la gloria y sacrificio que ofrendaron en sus años de atletas de primer nivel, cuando representaban al país por todo el mundo, hoy pende –sin suerte- de un oxidado clavo.
En cualquier remoto rincón del hogar de Laureano Ramírez Padilla, ahí están colgadas muchas docenas de medallas polvorientas y olvidados los trofeos y certificados que en silencio dan cuenta de sus grandes hazañas en un deporte “en el que no se juega” y en el que expusieron su salud para poner en alto la bandera dominicana.
“En ese Pabellón de la Fama parece que no había una sola gente de los tiempos cuando yo subía al ring a pelear por mi país: yo fui medallista de oro en un Campeonato Centroamericano y del Caribe de Boxeo, aquí en 1981, le gané al cubano; también conquisté la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Caracas,1983, derrotando fácil al cubano Pedro Orlando Reyes me pararon la pelea por una herida cuando iba camino al oro; al año siguiente llegué a cuartos de final en los Juegos Olímpicos de los Ángeles, 1984…
Cuando Pedro Julio Nolasco aseguró su medalla de bronce en horas de la tarde, yo había perdido en la mañana; la diferencia fue un triunfo. Todo eso está ahí señores, en los libros, nunca perdí en Juegos Nacionales ni en Militares ¿Qué más podía hacer en mi época?”, narra Laureano Ramírez Padilla sobre lo mejor de su carrera.
Conversando con El Deporte de LISTIN DIARIO, Ramírez Padilla (Nango), uno de los más laureados peleadores olímpicos de finales de los años setentas y durante la década de los ochentas, exclamó desde España, donde reside, que el boxeo es el deporte más menospreciado y abusado en el país a pesar de los triunfos brindados.
“Hablo por mis compañeros también, es un gran abuso que decenas de campeones mundiales y de medallistas no les dejen pasar porque para el boxeo hay un tapón, los peloteros y otras disciplinas tienen tres y cuatro inmortales seguros para entrar cada año”, reclama el temible zurdo de los 51 kilogramos del Club Maquiteria. “No queremos dañar la moral de nadie, pero esto es muy sospechoso lo que ocurre con nosotros los boxeadores y el pabellón de la Fama”.
El Olímpico lloró…
Manuel de Jesús Herrera, único peleador en arrancarle una medalla de oro a la gran armada cubana que participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santiago 86, también se quejó con amargura del trato que ha recibido camino a la “inmortalidad”.
“Ellos no entienden que cuando un pelotero da 50 jonrones lo hace por su dinero, le pagan millones por eso… Cuando en el ‘86 yo tuve que enfrentar a Rogelio Marcelo, campeón olímpico de los 48 kilogramos, y lo derroté para ganar ese único oro para el país, eso se hace por orgullo patrio.
“Entonces, estos señores con esos millones de dólares no deben competir con nosotros, por casualidad ellos siempre entrarán delante y nosotros iremos atrás para verlos pasar a la inmortalidad y después ver también cómo se nos estrella la puerta en la cara y el año que viene… lo mismo”, describió llorando el peleador romanense.
“El Olímpico” Herrera, quien fuera el primer campeón mundial juvenil del país, 1983, y luego el primer extranjero en ganar dos medallas de oro en años consecutivos en la Batalla de Carabobo, en Venezuela, sangra por la herida y culpa a las autoridades.
Recuerda que vive en Miami, donde ha tenido que ser mesero en muchos restaurantes para ganarse la vida y aunque no se avergüenza de su “suerte”, si le duele que las autoridades deportivas no lo hayan ponderado por sus dos participaciones en Juegos Olímpicos, 1984 y 1988, donde le robaron la medalla de bronce con una escandalosa decisión dividida en los cuartos de final en Saúl, Corea.
“Hoy vemos que para ser inmortal no se toman en cuenta un oro mundial, un oro centroamericano, un bronce en el Córdoba Cardín de Cuba, dos oro en Venezuela, y más de diez oro militares y en Juegos Nacionales… Eso solo ha valido para ridiculizarnos y meternos en una tómbola, como una lotería, con atletas millonarios que no representaron a este país porque los que juegan aquí con los Marlins o con los Yankees y los Mets, es con los uniformes de esos equipos que juegan y les pagan… A nosotros no nos bajaban de un avión y no nos daban un chele”, agrega.
Campo profesional
Desempeño
Ambos se mantuvieron por más de una década dentro de la selección nacional, llegando con una edad avanzada al pugilismo de paga, mermando sus posibilidades de grandes éxitos. Contra todos los presagios negativos fueron dos gladiadores que estuvieron por años vigentes en el Top-ten de los organismos mundiales, logrando ambos disputar coronas mundiales en sus respectivas categorías. Padilla conquistó el cetro intercontinental de peso gallo (118 libras), versión Federación Internacional de Boxeo (FIB), derrotando a Junai Ramayana.