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Propietaria de un salón de belleza tiene que usar sus ahorros para comer

Santa Valdez es una propietaria de un pequeño salón de belleza ubicado en Sabana Perdida que ha sido duramente afectada por la suspensión de las actividades económicas no esenciales en República Dominicana durante el período de aislamiento establecido en el país debido al COVID-19.

Sus ingresos se han reducido en un 100% porque sólo a través de esta pequeña es que consigue recursos para comprar comida, pagar el alquiler de la casa y del local donde tiene el salón, pagar la universidad, en fin, cubrir todas sus necesidades.

“De ahí yo resuelvo todo porque no tengo ninguna otra entrada”, afirma esta madre de dos hijos.

Santa relata que está pasando por una situación muy difícil y que se ha visto obligada a recurrir a lo poquito que ha ahorrado para poder sobrevivir.

“Se me ha hecho muy difícil porque uno tiene que gastar lo poquito que ha ahorrado, ahorros que eran para un objetivo. Me está afectando bastante esta situación porque lo poquito que uno ahorra tiene que gastarlo en comida”, narró a Listín Diario.

Explica que lo poco que tenía guardado obligatoriamente tiene que usarlo para comprar comida porque es imposible estar en la casa sin tener qué darle de comer a sus hijos.

Empleadas afectadas

Santa se entristece porque sus dos empleadas también están sufriendo por su situación. Dice que aunque pudo pagarle la primera quincena de este mes, cree que la próxima no podrá hacerlo porque el dinerito que le queda no le da para pagar salarios sino para cumplir con sus prioridades.

“También es difícil para las personas que trabajan conmigo porque no les puedo pagar. Eso es lo que sucede con las personas que tenemos negocios pequeños. Se nos está haciendo muy difícil para resolver porque vivimos del día a día”, explica.

Aunque Santa respeta la disposición de quedarse en casa y entiende que esta es la mejor manera de cuidarse y de proteger su familia, dice que la está pasando mal y que no esperaba tener su negocio cerrado por tantos días.

Desde el jueves 19 de marzo entraron en vigencia en el país una serie de medidas que paralizaron la mayoría de las actividades económicas. Esto ha afectado fuertemente a los propietarios de pequeños negocios, a los trabajadores formales e informales.

Algunos pensaban que las disposiciones serían levantadas este 14 abril pero no fue así, pues a partir de esa fecha el país fue declarado nuevamente en estado de emergencia por 17 días más.