Miembros del pleno de la JCE ven acercar fin de su mandato luego de estar en el “ojo del huracán”
Ha pasado justamente un mes desde que se celebraron las elecciones presidenciales y congresuales y luego de que se realizó la entrega de los certificados a los ganadores de la contienda electoral, la presión pública le ha quitado los ojos de encima a un pleno de la Junta Central Electoral (JCE) que estuvo en el “ojo del huracán” desde el pasado mes de octubre.
Unos comicios presidenciales sin “penas ni glorias”, debido a que se desarrollaron en medio de la pandemia del Covid-19, marcaron el final de una gestión de un pleno de la JCE que pudiera ser dividida en dos partes a lo largo de sus casi cuatro años administrando el órgano electoral.
A partir de este 16 de agosto, los nuevos miembros del Senado de la República, conforme a su reglamento interno, deben proceder en un plazo no mayor de los sesenta días hábiles para nombrar a los nuevos miembros que integrarán el tribunal de comicios y si ratificarán a los que ya están.
Luego de que las elecciones municipales ordinarias del 16 de febrero fueran suspendidas por los fallos que presentaron los equipos del voto automatizado, la población exigía a gritos y protestas sus respectivas renuncias del cargo.
Con un Senado que, en su mayoría, estará integrado a partir del 16 de agosto por miembros del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que no participaron en la designación del actual pleno en 2016, y quienes encabezaron el ataque contra su accionar, es poco probable que sean ratificados.
Aún con la ligera posibilidad de que se queden en sus puestos, para Julio Cesar Castaños Guzmán, actual presidente del órgano, y los demás miembros del pleno (Carmen Imbert Brugal, Rosario Graciano, Henry Mejía y Roberto Saladín), sus días en el cargo parecen llegar a su fin, ya que ninguno ha manifestado interés en quedarse en sus puestos.
A partir de octubre
Desde que fueron designados por el Senado el 16 de noviembre del 2016, el pleno de la JCE tuvo un accionar de bajo perfil durante los primeros dos años y medio de gestión, hasta que se determinó que sería el órgano electoral el que arbitraria las primarias de los dos partidos mayoritarios, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el PRM.
Fue a partir del 6 de octubre de 2019 cuando ese pleno empezó su apogeo calando en la opinión pública.
Durante esas primarias se probaban por primera vez la implementación del voto automatizado. Mientras el torneo electoral pasó con creses en el PRM, la contienda, respecto al PLD, terminó con una denuncia de fraude por parte del expresidente Leonel Fernández, quien competía por la candidatura presidencial contra Gonzalo Castillo, quien resultó ganador del proceso.
A continuación llegaron las denuncias por parte de Fernández y un sector de la sociedad, sobre presunto hackeo e irregularidades, que dieron al traste con la renuncia del expresidente de la organización que lo vio crecer como político y que lo llegó a dirigir el Estado en tres ocasiones.
La JCE fue objeto del escrutinio público y representantes de la sociedad civil que reclamaban, junto a dirigentes políticos, auditar el sistema del voto automatizado.
Esa crisis incluso hizo que Roberto Saladín anunciara una “efímera” renuncia “irrevocable” que a pocos minutos de comunicarla fue echada atrás.
Febrero y marzo
Aunque una firma española y la Fundación de Sistemas Electorales (IFES), de los Estados Unidos, le dieran el visto bueno al sistema de votación, la JCE aún recibió críticas por implementarlos para las elecciones municipales del 16 de febrero.
En esa oportunidad, los comicios tuvieron que ser suspendidos debido a que los equipos del voto automatizado que iban a ser utilizados en 18 municipios, mostraron problemas al cargar la boleta electrónica.
Allí comenzaron los verdaderos problemas, la Plaza de la Bandera se convirtió en el escenario de multitudinarias manifestaciones de un grupos de jóvenes y de partidos exigiendo la renuncia total del pleno de la JCE y, aunque estos reiteraban que no cederían ante presiones, la entidad se encontraba acaparando las portadas de los medios de comunicación y siendo el foco de atención de la opinión pública.
Luego de la auditoria de la Organización de Estados Americanos (OEA) en donde se responsabilizó al departamento de informática del fallo, fue fijada para el 15 de marzo las elecciones municipales extraordinarias.
Ese torneo electoral, completamente con boletas físicas, pasó sin traumas mayores.
Las elecciones presidenciales
Movidas hasta el cinco de julio debido al brote de coronavirus, las elecciones presidenciales y congresuales se realizaron también por igual con el mismo método de boletas físicas sin traumas y los que no resultaron favorecidos aceptaron sus derrotas, a excepción de pocos casos, donde el reconteo final de votos nulos resolvió los escasos impasses presentados.
«Felicitaciones a la JCE que ha salido airosa de este proceso electoral y luego de pasar momentos difíciles», con esa frase culminaba el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, el proceso electoral durante la entrega de los certificados de elección.
No se barajan nombres
En 2016, los miembros del PRM reclamaban en esa ocasión que la selección se realizará en consenso entre todas las fuerzas políticas.
Mientras se acerca el cambio de mando, hasta el momento no se han barajado nombre de quiénes podrían ser los nuevos miembros del pleno de la JCE.