Los ríos revueltos por la Humanidad sacaron a los peces de agua dulce de sus hábitats milenarios
Los peces de agua dulce vivieron durante millones de años en sus ríos o lagos sin mezclarse con los de otros continentes, hasta que los desplazamientos humanos transformaron sus hábitats y crearon una única y gran región intercontinental, según un estudio publicado esta semana.
Esta transformación, que se aceleró a mediados del siglo XX, constituye según los autores una prueba suplementaria del ingreso en el Antropoceno, una nueva época geológica caracterizada por la omnipresencia de los impactos de las actividades humanas en la Tierra, que muchos científicos tratan de oficializar como denominación académica.
Hasta entonces, la biodiversidad terrestre evolucionaba en áreas separadas por barreras naturales como mares, montañas o zonas climáticas.
Un «confinamiento» que parecía más inmutable aún para los peces de agua dulce, que no podían dispersarse a través de los océanos y formaban parte de un tipo de fauna única de cada continente.