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El Gobierno promete evitar atropellos PN

Mientras crece la indigna­ción ciu­dadana a través de todos los medios por la muerte de tres jóve­nes estando detenidos en cuarteles de la Policía Na­cional, el ministro de Inte­rior, Jesús Vásquez Martí­nez, prometió que hoy se informarán las acciones que adoptará el gobierno para evitar que esos críme­nes se repitan.

Vásquez Martínez expre­só que es responsabilidad del ministerio público inves­tigar lo sucedido en el cuar­tel policial de Naco que de­rivó en la muerte del joven David de los Santos.

Indicó que esperarán los resultados de la investiga­ción para tomar medidas al respecto contra los culpa­bles de la muerte del joven.

Durante una visita al cuartel policial de Naco, Vásquez también dijo que se anunciarán este jueves medidas para evitar que si­tuaciones como las expues­tas vuelvan a ocurrir.

“Debemos y vamos a to­mar medidas preventivas para que situaciones como estas no se repitan… maña­na (hoy) se le informará al país toda una serie de me­didas para evitar que esas si­tuaciones se repitan. Tene­mos un compromiso con la vida humana y con los dere­chos humanos”, indicó.

Sobre el proceso de refor­ma y renovación de la Policía Nacional, Vásquez Martínez pidió paciencia y dijo que se trata de algo que toma tiem­po.

Precisó que en sólo unos pocos meses no se puede cambiar una estructura de años.

Homicidios
A pesar de la insistencia de las autoridades para esperar los resultados de la investiga­ción sobre los casos de muer­tes de ciudadanos tras ser apresados por la Policía, dos de los casos fueron declara­dos homicidios según las ac­tas de defunciones.

Se trata de los fallecidos David de los Santos y Ri­chard Báez, que fueron dete­nidos por agentes policiales, para luego morir por las heri­das que obtuvieron bajo cus­todia de la Policía, ambos por traumas contusos craneoen­cefálicos.

Consternación
El fallecimiento de De los Santos ha producido recha­zo en la sociedad, y entre los que se han pronunciado al respecto ha sido el presiden­te de la República, Luis Abi­nader, quien también expre­só su consternación a través de un par de tuits.

El mandatario dijo que, como en otros casos, garanti­zaba a la familia de David y a la sociedad dominicana que en su gestión gubernamental ningún caso de esa naturale­za quedará sin sanción.

Leonel condena muertes
El expresidente Leonel Fernández exigió ayer a las autoridades que sean escla­recidos los casos en que fa­llecieron varios jóvenes de diversas localidades del te­rritorio nacional en desta­camentos de la Policía Na­cional, hechos que, según Fernández, han causado do­lor y desosiego a las familias dominicanas.

“No se admite ni se acep­ta, la muerte en manos de la Policía, de la David de Los Santos, de Richard Báez, tampoco la muerte del joven de Ocoa, José Gregorio Cus­todio, quien también murió a manos de la Policía; la Poli­cía no tiene derecho a ejercer violencia, ni agresión contra nadie”, expresó.

Fernández señaló que esos jóvenes debieron ser protegidos por la Policía, no maltratados. Indicó que aún hayan estado privados de su libertad, nadie debe ser agredido físicamente. “A nadie se le puede atro­pellar su dignidad, por eso aprovecho este mo­mento (…) en nombre de la Fuerza del Pueblo, pa­ra condenar de la mane­ra más enérgica posible la forma brutal en que esos jóvenes fueron muertos a mano de la Policía Nacio­nal”, expresó.

SEPA MÁS
Otro torturado en la Policía de Ocoa

Otro joven de 18 años, Christian Manuel Aguas­vivas, fue sometido a crueles torturas en la se­de de la Policía Nacio­nal en San José de Ocoa, a tal punto que su ma­dre afirma que “perdió el juicio” y está bajo tra­tamiento psiquiátrico en la capital.

Magalys Aguasvivas re­lató a Telesistema Canal 11 que su hijo fue apre­sado por una discusión con otra persona y cuan­do “fuimos al destaca­mento y lo encontramos amarrado y esposado en un motor, sentado en una silla; no tenía polos­hirt y solo estaba en una bermudita. Estaba espo­sado y amarrado de los pies, le dieron muchos golpes, tenía muchos rasguños”, explicó.

El propio joven narró en cámara que fue man­tenido esposado y reci­biendo golpes.