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Compradores de monedas cuentan la historia detrás de cada centavo

Entre el bullicio de la gente, el caos del transporte y el calor agobiante de la Capital nos adentramos a la avenida Duarte en busca de los famosos compradores de monedas.

Sin muchas expectativas de encontrar al comerciante que nos diera la historia, ya que el primero se negó a hablar con periodistas, caminamos hacia otros vendedores con la estrategia de que éramos dos jóvenes que querían conocer el negocio de la compra y venta de monedas, solo porque teníamos una que otra guardada y que no sabíamos qué hacer con ellas.

Con una mesita y un tablero lleno de monedas y papeletas extranjeras estaba “La Muralla” un comprador y vendedor de monedas que además arregla relojes entre la avenida 27 de Febrero y la calle París, de Santo Domingo.

¿Quieren comprar o vender?, esa fue su primera pregunta seguida de la de la frase “yo te lo compro”. Pero, como solo estábamos interesados en saber del negocio, le pedimos que nos explicara cómo funciona ese mercado.

“Tú me traes las monedas y dependiendo la antigüedad de ella yo te digo cuánto vale” indicó como todo un experto formado por los años. Explicó que el precio varía dependiendo la procedencia (país), año de emisión, material en que está hecha y hasta la rareza de la misma.

Ante la pregunta de si este negocio de las monedas tiene público, manifestó que la cantidad de gente que busca estas antigüedades es grande y que hay quienes tienen la práctica de comprar y vender como si fuera un vicio.

Aseguró que muchos comienzan con la curiosidad de comprar una moneda vieja, pero con el paso del tiempo terminan inmersos en esta práctica como si estuvieran enfermos.

“Oye, aquí viene gente desesperada a ver si hay algo nuevo o una moneda que no tengan para comprarla y coleccionarla”, destacó.

Hasta “los brujos” mandan a comprar sus monedas
Aunque sus manos reflejaban el implacable paso del tiempo, su energía hacía parecer que todavía estaba en su plena etapa de la juventud.

Rubén Hererra es otro vendedor de monedas instalado en la Duarte con Paris. Contó con entusiasmo varias historias que acompañan a las monedas que comercializa.

¿Y viene mucha gente en busca de esto? fue la pregunta inicial para romper el hielo y comenzar nuestra conversación. Su respuesta fue categóricamente afirmativa y, para mi sorpresa, añadió “que hasta los brujos mandan a comprar las famosas palmitas (monedas de un centavo) para hacer sus trabajos”.

Explicó, además, que la mayoría de los compradores son coleccionistas, extranjeros y dominicanos que viven en el exterior que les gusta llevarse de recuerdo una que otra moneda.

“Hay quienes buscan monedas dominicanas y otros las extranjeras, realmente es muy variado”, dijo.

Sostuvo que este negocio es rentable y que se maneja como cualquier comercio, que un día le puede ir bien y otro no tanto.

“Aquí se pica alguito, por lo menos da para comer todos los días”, destacó.

Expresó que solo en la avenida Duarte trabajan más de 20 vendedores y que todos tienen su público. “Toda esa gente vive de eso. Somos viejos todos, ya no nos dan trabajo y de algo hay que vivir y por eso estamos aquí”, expuso con cierto orgullo.

Es importante destacar que en el país existen vendedores que tienen monedas que datan del año 1888. como la famosa “Mota”.

CIFRA
RD$15,000

Precio de venta Dependiendo cómo esté la plaza el precio de venta varía. “Yo he vendido monedas hasta en RD$15,000. Todo depende de qué año sea la misma y quién la esté comprando”, destacó Herrera.