Alemania ve «luz al final del túnel» de la crisis energética en el 2023
El ministro alemán de Economía y Energía, Robert Habeck, afirmó este domingo que espera que los precios de la energía bajen dentro de un año y habló de cara al verano de 2023 de «luz al final del túnel».
Habeck, que también es vicecanciller, advirtió de que hasta entonces la situación mundial todavía puede empeorar y no hay ninguna clase de garantías, según dijo en un evento de la Asociación Federal de Industriales Alemanes (BDI) en Hannover (centro).
«Pero en base a lo que vemos ahora, en verano del año que viene se espera alivio en los precios de la energía y la inflación está empujada ahora mismo por la energía, se ve luz a final del túnel,» afirmó.
Entretanto, es preciso «aguantar» y emplear el tiempo de forma que en verano de 2023 la economía alemana esté lista para la recuperación.
En el ámbito político, esto implica que estén aprobadas para entonces leyes para acelerar la concesión de permisos y procesos de certificación y facilitar la inmigración de mano de obra cualificada, ya que, según subrayó, ahora mismo hay 500.000 vacantes a pesar de que la economía no funciona a pleno gas.
Para la industria será entonces el momento de «arrancar» con las energías limpias, como las renovables y el hidrógeno verde, dijo Habeck, que afirmó que no hay tiempo que «derrochar» y que si este año no se usa de forma «inteligente» habrá «enormes dificultades».
El ministro verde aseguró además que en estos momentos Europa se encuentra ante el dilema de decir adiós a la globalización, que en su formato actual está «estancada» o continuar con un enfoque distinto.
Advirtió sin embargo que «no se debe hablar de desglobalización», ya que esto supone el surgimiento de un nuevo nacionalismo que conduce a terminar «en el bréxit y en Donald Trump».
Abogó por el contrario por «buscar nuevos mercados» en base a principios democráticos y compatibles con el medio ambiente, en lo que llamó una «refundación sostenible de la globalización».
En su visión, el libre comercio se desarrollaría de forma ideal multilateralmente, a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya que es necesario tomar en serio el «espacio global» y cuidar de «estándares y normas».
No obstante, reconoció que para creer en este futuro hace falta «optimismo» debido al rechazo de Estados Unidos y China a una reforma de la OMC, por lo que si esta opción no sale adelante el comercio se estructurará en torno a acuerdos bilaterales de la Unión Europea (UE).