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Compensación de alimentos por petróleo no pasó de 10%

Aunque el acuerdo Petro­caribe era de alto benefi­cio para República Domini­cana por su flexibilidad de pago, la incapacidad de los productores de habichuelas para suplir la cuota y las li­mitaciones en el listado de productos que requería Ve­nezuela, limitaron las posi­bilidades de compensación con alimentos a menos de un 10%.

El acuerdo se firmó en el 2005, pero aquí arrancó a partir del 2008-2009 y con un programa de compensa­ción con productos que Ve­nezuela necesitaba como las habichuelas negras (carao­tas), expone Pablo de Jesús Tejeda King, subdirector de la Oficina Coordinadora de Negociaciones de Petrocari­be, adscrita al Ministerio de Hacienda.

Tejeda King apunta que el intercambio de alimen­tos por petróleo no fue muy efectivo ya que la produc­ción de este rubro le salía muy costosa a los produc­tores criollos. Refiere que el gobierno tuvo que subsidiar la producción de habichue­la y que los productores no pudieron honrar su compro­miso, quedando una deuda que el Gobierno tuvo que ol­vidar.

El economista apuntó que no toda la deuda que se ad­quiría por Petrocaribe era pagada con alimentos. “Lo que se compensaba era un por ciento de la deuda, lo que se compensó en alimen­tos no pasó de un 10% del total que se había estimado, la cuota nunca la pudimos completar”.

Explica que además de las habichuelas negras tam­bién se llegó a exportar a Ve­nezuela como pago por el acuerdo de Petrocaribe, azú­car líquida, harina de trigo y pastas (espaguetis).

Entre 2010 y 2013, las compensaciones sólo al­canzaron los US$60.8 mi­llones de servicio de deu­da de US$224.1 millones, US$163.3 millones fueron pagados en efectivo, según datos publicados por la Di­rección General de Compras Públicas (DGCP) del Minis­terio de Hacienda.

Tejeda King explica que, además de la incapacidad del país para compensar con alimentos la deuda por Pe­trocaribe, también influía que los productos para el in­tercambio debían responder a la demanda de los venezo­lanos, no todos los productos eran aceptados para realizar el pago.

El acuerdo de Petrocaribe no pudo ser aprovechado al máximo ni por Venezuela ni por República Dominicana; sin embargo, como fue con­cebido por su creador era muy beneficioso tanto para los países del Caribe que par­ticiparon en él y la situación política en la región condi­cionó mucho su ejecución.

Los beneficios que gene­raba este acuerdo al país es­taban condicionados por el gobierno venezolano a que fueran usados para inver­siones en los sectores más necesitados y en progra­mas de ayuda social, pero era el Estado dominicano quien decidía a qué desti­naba los recursos. Según es­tadísticas publicadas por el Sistema de Información de la Gestión Financiera (SI­GEF), entre 2008 y 2014, la mayor canidad de recur­sos de Petrocaribe consig­nados a programas sociales, el 55.6%, fueron destina­dos a la Corporación Domi­nicana de Empresas Eléctri­cas Estatales (CDEEE), unos RD$$82,994.5 millones.

Al Gabinete de Política Social fueron transferidos RD$16,827.7 millones pa­ra los programas Progresan­do con Solidaridad y para los distintos programas de sub­sidios e incentivos de este ga­binete.

Al Ministerio de Sa­lud Pública se le otorgaron RD$2,924.4 millones duran­te este período. Al 31 de ma­yo de este año, según datos disponibles en Hacienda, los montos vencidos de los fi­nanciamientos con Venezue­la (capital + intereses) eran de US$34,605,046.73.

El hidrocarburo de Venezuela
Proceso.

El presidente de la Re­finería Dominicana de Petróleo, Félix Jimé­nez –Felucho–, asegu­ra que desde que el Go­bierno dominicano des­conoció la legitimidad del gobierno venezola­no, la Refinería no reci­be petróleo de ese país.