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El entorno del Palacio de Justicia, una zona de caos y amplio despliegue policial

El entorno del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva estuvo acordonado este domingo, día en que se conocía la audiencia de solicitud de medida de coerción en contra del grupo de exfuncionarios de la pasada gestión del expresidente Danilo Medina, apresados mediante la operación Calamar. Incluso, cada una de las calles que daban acceso al edificio judicial estaban cerradas. Esto, en vista de que la última manifestación peledeísta había dejado varios legisladores heridos y algunas de las puertas de frente del edificio destruidas. La Policía Nacional decidió blindar el Palacio.  Desde tempranas horas de la mañana, se encontraban simpatizantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pero también ciudadanos pertenecientes a la marcha verde, divididos de lado a lado.  “Juicio ejemplar”, “sanción a los culpables” y “recuperación de lo robado” era el reclamo del grupo de la marcha verde, quienes fueron en apoyo a las acciones ejecutadas por Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), calificándolas como “positivas para el pueblo”.  Mientras que “Somos peledeístas y no tememos miedo”, fue la consigna que vociferó una multitud de simpatizantes durante un rato, repudiando el arresto de los exfuncionarios, sin embargo, lo que parecía una protesta pacífica hizo que el entorno de la sede judicial se convirtiera en un campo de batalla luego de que fuese reenviado el conocimiento de la coerción, cerca del mediodía. En el conflicto, el vehículo de la regidora del municipio Bonao por el PLD, Fiordaliza Pichardo, en medio del motín, fue impactado por una de las bombas, quedando la parte trasera completamente destruida, al incendiarse con el químico.  “Yo iba para la guagua y casi me matan, yo caí mala”, enunció la regidora y aseguró que “el gas lacrimógeno fue lanzado con el fin de agredirla, ya que se disponía a abordarlo”. El Cuerpo de Bomberos del Distrito realizó un levantamiento del siniestro con su declaración.  Se pensaba que todo iba a quedar ahí, no obstante, Unidades de Operaciones Especiales, Boina Gris de la Policía Nacional, junto a uniformados SWAT y los motorizados Lince, recibieron instrucciones de que se avecinaba una caminata que había salido de la reunión que había organizado el Comité Central de partido y al ver cómo se empezaba a acercar el tropel luego de unos minutos, tiraron decenas de frascos con gases lacrimógenos. Se escuchaban los gritos y las lamentaciones por las bombas. Los manifestantes se escondían debajo de los vehículos, árboles y muros.