Internacionales

Migración y Covid en la reunión entre Biden y López Obrador

El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, mantuvieron ayer una primera reunión cordial en la que ambos apostaron por relacionarse en pie de igualdad, después de cuatro años de altibajos en los lazos bilaterales.

«Vemos a México como un igual, no como alguien que está al sur de nuestra frontera». Con esa frase, Biden marcó el tono para su primer encuentro virtual con López Obrador, un mandatario que valora especialmente el respeto a la soberanía mexicana.

«Respeto e igualdad»

No en vano, el mandatario mexicano agradeció que Biden esté dispuesto a relacionarse con su país en pie de «respeto e igualdad», y recordó una famosa frase del expresidente de su país Porfirio Díaz, que decía: «pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos».

«Ahora puedo decir que es maravilloso para México estar cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos», añadió López Obrador, al que Biden veía desde la Casa Blanca a través de una pantalla, debido a la pandemia.

Esas breves declaraciones de ambos al inicio de la reunión dejaron claro su deseo común de estrechar los lazos para que «sean aún mejores» en el futuro, en palabras de López Obrador, quien confió en mantener un «diálogo constante» con Biden.

La reunión virtual marcó un contraste con otros dos encuentros: el que Biden mantuvo la semana pasada con su otro vecino del continente, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el que López Obrador compartió el pasado julio con el expresidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca.

Tres reuniones muy distintas

La sintonía personal fue claramente superior en esas dos citas: Trudeau, quien mantuvo una relación notoriamente tensa con Trump, dejó claro su alivio por el regreso del «liderazgo de Estados Unidos» de la mano de Biden, en unas declaraciones al término del encuentro que la Casa Blanca no programó en el caso de López Obrador.

La breve reunión virtual palideció además en comparación con el amplio programa que Trump dedicó el año pasado a López Obrador, quien se deshizo en halagos al entonces presidente estadounidense, a pesar de su retórica antiinmigrante y sus presiones y amenazas de aranceles a México.

Y más allá de las formas, tanto Biden como López Obrador dieron señales de querer avanzar en la relación de forma pragmática, especialmente en materia de inmigración, donde hay más acuerdo: el líder mexicano ha aplaudido que el estadounidense detenga la construcción del muro fronterizo y el programa «Quédate en México».

Sintonía en cuanto a la migración

En una declaración conjunta por escrito, Biden y López Obrador se comprometieron a impulsar «políticas migratorias que reconozcan la dignidad de los migrantes y el imperativo de una migración ordenada, segura y regular».

Acordaron trabajar juntos y con los Gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica para «afrontar las causas de raíz de la migración regional, mejorar la gestión de la migración y desarrollar vías legales para la migración», según la declaración, distribuida por la Casa Blanca y la Cancillería mexicana.

La declaración no mencionó el plan de López Obrador de proponer a Biden un acuerdo para que los trabajadores mexicanos puedan migrar a Estados Unidos de forma legal, basado en el Programa Bracero lanzado durante la Segunda Guerra Mundial para compensar el déficit de mano de obra estadounidense.

La Casa Blanca no se ha pronunciado sobre ese tema, pero es difícil que lo convierta en prioridad, puesto que ahora se encuentra inmersa en una batalla para aprobar una reforma migratoria que incluiría una vía a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.

Biden quiso dejar claro que aprecia a la población hispana de su país, de los que «el 60 % son mexico-estadounidenses, y son una parte integral de la historia» de la nación, subrayó ante López Obrador.

Pandemia y vacunas

El presidente mexicano planeaba pedirle a Biden que Estados Unidos comparta con México parte del suministro de vacunas contra la covid-19, y el líder estadounidense afirmó que planeaba hablar de ese tema con López Obrador.

Sin embargo, la portavoz de Biden, Jen Psaki, dijo antes de la reunión que la Casa Blanca no tenía ninguna intención de compartir a corto plazo su suministro de vacunas, al menos hasta que garantice que son suficientes para inmunizar a todos los estadounidenses.

No obstante, los dos líderes se comprometieron con una «estrecha colaboración» en la lucha contra la pandemia, sobre todo en cuanto al «intercambio de información y desarrollo de políticas fronterizas», según la declaración conjunta.

Silencio sobre la reforma eléctrica

Aunque reafirmaron su compromiso con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), no mencionaron en público la reforma eléctrica mexicana, que preocupa a Washington porque beneficia a la empresa estatal en detrimento de los generadores privados, sobre todo extranjeros y de renovables.

Biden y López Obrador decidieron reiniciar el Diálogo Económico de Alto Nivel interrumpido durante la era Trump, y acordaron «explorar áreas de cooperación» en la lucha contra la crisis climática.

El formato de la reunión, a través de pantallas instaladas en sus respectivas oficinas, no se prestaba a grandes gestos cálidos, pero Biden quiso demostrar que conocía bien México, un país que visitó cuatro veces cuando era vicepresidente (2009-2017).

«Incluso presenté mis respetos a la virgen de Guadalupe», recordó Biden, quien mostró a López Obrador las cuentas de rosario que llevaba su hijo Beau cuando murió de un cáncer cerebral en 2015.