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Haitianos enfurecidos bloquean otra vez la frontera

Como parte de lo ya con­vertido en un círculo vi­cioso de conflictos y líos en la zona fronteriza, la tensión volvió ayer a la frontera dominico-haitia­na Norte de Dajabón, lue­go de que manifestantes del vecino país cerraron con candados su portón fronterizo e impidieron el paso de camiones, pata­nas, comerciantes y com­pradores.

Los haitianos, muy en­furecidos, dijeron que la reapertura de la zona fron­teriza acordada en una reunión en Dajabón en­tre autoridades haitianas y dominicanas solo favo­rece a los acaudalados co­merciantes de su país que se surten de grandes cantida­des de mercancías en suelo dominicano.

Asimismo, se quejaron por las restricciones existen­tes en el comercio bilateral, que a su juicio afecta a ven­dedores haitianos pobres.

Los comerciantes haitia­nos Ovilé Oguí y Paul Jo­seph Baptiste dijeron que la gente pobre que vive en pueblos de Haití, cerca de la frontera dominicana. “la es­tán pasando muy mal, por­que no hay alimentos y los comerciantes que los com­pran en grandes partidas en este país los acaparan para venderlos a sobreprecio”.

Otros expresaron que ellos venden en suelo do­minicano varios productos y luego compran lo nece­sario a precios asequibles, contrario a lo que ocurre en Haití, donde la inflación se ha disparado tras la pande­mia del Covid-19.

Se quejan por miseria

Los manifestantes pedían que la feria común fuera reabierta a partir de ayer martes, hoy miércoles, y el viernes venidero, alegando que están pasando situacio­nes calamitosas y necesitan producir para comer.

El alcalde de Juana Mén­dez (Haití), Lumber Deme­trius, se desvinculó de las protestas que protagoniza­ron ayer sus compatriotas y dijo que le sorprendió y pi­dió calma.

Mientras, el alcalde de Dajabón, Santiago Riverón, declaró que el sábado infor­marán el día de la reaper­tura del mercado, la hora de entrada y los protocolos sanitarios que se aplicarán para prevenir que comer­ciantes y compradores se contagien del Covid-19.

Debido a las manifesta­ciones, muchas patanas y camiones cargados de mer­cancías y materiales de construcción no pudieron entrar al vecino país.

Las autoridades haitianas y dominicanas iniciaron un proceso de diálogo con los protestantes a fin de que de­sistan de sus actos de rebel­día.

Tras las protestas, la vigi­lancia en ambos lados fue reforzada por miembros del Ejército y la Policía de Hai­tí y en la parte dominicana por efectivos del Cuerpo Es­pecializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Ces­front) y de los cuerpos ar­mados.

Asimismo, piden que se reabra definitivamente el mercado binacional a fin de que los haitianos pobres puedan subsistir.

Cambio de ambiente

El pasado lunes, tras el acuerdo arribado por auto­ridades dominicanas y hai­tianas, decenas de haitianos y conductores de patanas y camiones transitaron libre­mente por la zona fronte­riza, pero ayer el ambiente varió.

Lo mismo hicieron con­ductores de vehículos pesa­dos haitianos, que se apre­suraron a ingresar a suelo dominicano para surtirse de diferentes mercancías.

Varios vehículos de ma­trícula haitiana llenos de productos básicos que esta­ban varados en el patio de Aduanas y Migración, en Dajabón, entraron a su país el pasado lunes, sin mayo­res contratiempos.

Qué venden los vecinos?

Los haitianos venden ro­pas y calzados usados, de­tergentes, rones, nueces, frutas, utensilios de cocina, hierbas, brebajes y otros.

En tanto, compran a dominicanos sardinas, arenque, hielo, pastas ali­menticias, trigo, guineos, plátanos, tayota, huevos, embutidos y otros artícu­los.

Los alcaldes de Dajabón y Juana Méndez, Santiago Riverón y Lumber Deme­trius, respectivamente, co­incidieron al manifestar que la reapertura de la frontera por parte de las autoridades de las dos naciones vecinas, es de buena voluntad, pero ayer ese acuerdo se abortó por violentas protestas de haitianos.

 EL INTERCAMBIO

Beneficiarios

República Dominicana y Haití son partes bene­ficiarias del intercambio de todo tipo de produc­tos en los denominados mercados binaciona­les, unas plazas donde estos negocios se desa­rrollan de manera in­formal.

Las exportaciones con destino a Haití resuelven problemas básicos de la poblacion del vecino país, especialmente de su gran masa pobre. Por otro lado está la enor­me masa haitiana, legal e ilegal, que reside en el territorio nacional.