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Tasa de malnutrición severa en el país podría aumentar de 1 a 7.4%

Fruto de la crisis econó­mica creada por la ex­pansión del COVID-19 y sus efectos en la reduc­ción de los ingresos fa­miliares, la tasa de mal­nutrición alimentaria severa en República Do­minicana podría pasar de un 1% de antes de la pan­demia a 7.4% en 2021.

El dato fue ofrecido por el representante en el país del Programa Mun­dial de Alimentos (PMA), Romain Sirois, en una vi­sita realizada al director del Listín Diario, Miguel Franjul, a raíz de que a la entidad le fuera otorga­do el Premio Nobel de la Paz.

El representante del PMA explicó que antes de la incidencia del CO­VID-19, República Do­minicana había logrado reducir su índice de mal­nutrición alimentaria se­vera a una tasa 1%, una tasa muy baja.

Reconoció que el país había logrado que la po­blación asistida a través del Programa Progre­sando con Solidaridad (Prosoli) bajará un 50% sus niveles de desnutri­ción. “O sea, que el pro­grama tiene un impac­to, ahora por el tema del COVID-19, las cosas han cambiado porque hay muchas personas del sec­tor formal e informal que han perdido sus ingre­sos”, expuso Sirois al di­rector del Listín Diario.

Agregó que ante la nueva situación que se vi­ve, el PMA ha tenido que hacer una revisión de su presupuesto, que ante­riormente tenía una asig­nación de US$11 millo­nes para los cinco años y solo para este año han tenido que aumentar las previsiones presupuesta­rias en US$16 millones más. Refirió que el PMA implementa un plan es­tratégico en el país de cinco años (2019-2023) acordado con el Gobier­no dominicano, que se enfoca fundamentalmen­te en el objetivo “Ham­bre Cero”, trabajando los temas de acceso a la ali­mentación y la educación nutricional.

Los grandes desafíos

Para lograr el “Hambre Cero” en República Domi­nicana, Sirois señaló lo­grar el acceso de todas las personas, especialmente aquellas más vulnerables, a alimentos seguros, nutri­tivos y suficientes durante todo el año.

En este punto, señaló que la canasta básica cues­ta un promedio de 2.5 ve­ces el salario mínimo en el país (RD$15,000), por lo que es necesario apo­yar a las familias para que logren el acceso a los ali­mentos que garanticen una nutrición adecuada.

Otro desafío, según el representante del PMA, lo constituye la desnutrición por insuficiencia de micro­nutrientes, el sobrepeso y la obesidad. En 2017, es­timaron que un 2.7% del producto interno bruto (PIB), cerca de US$2,000 millones, fue el gasto que tuvo el Estado dominicano para enfrentar los proble­mas de malnutrición.

Visita

Durante la conversación con Franjul, el represen­tante del PMA, quien es­tuvo acompañado de la oficial de Programas, Elisabet Fadul, manifestó que para poder lograr el objetivo 2 de los ODS (Ob­jetivos de Desarrollo Sos­tenibles), el de Hambre Cero”, se debe hacer én­fasis en la población más vulnerable, adolescentes embarazadas, niñas y ni­ños de 0 a 5 años.

Stop de alimentos

Romain Sirois puntuali­zó que el PMA trabaja en este momento para forta­lecer las capacidades de respuesta humanitaria de República Dominicana y cualquier otro país que lo necesite.

Agregó que duran­te la crisis actual y ante la solicitud de Barbados, han comprado al país un “stop” de 360 toneladas de alimentos para necesi­dades que pudiera tener cualquier país de la región fruto del COVID-19 o ante la posible de que ocurran fenómenos atmosféricos como los huracanes.

“Tenemos canastas bá­sicas listas para ser des­pachadas por un valor de US$600,000 y eso es a pe­tición y fue pagado por la Oficina de Barbados que cubre todas las pequeñas islas (…), pero si la prime­ra necesidad de esos ali­mentos está aquí en Re­pública Dominicana y nos financia un donante, po­demos usarlo, porque está listo en almacén”, explicó el funcionario del PMA.

La oficial de Programas, Elisabet Fadul, puntualizó que esta iniciativa de com­prar a República Domini­cana para crear un stop de alimentos para ayudar a países en emergencia, no es la primera vez que se realiza, sino que se ha im­plementado en 2017 pa­ra el huracán María y sus estragos en Puerto Rico y también en el 2010, ante el terremoto sufrido por Haití.