La explotación sexual de menores en África, una emergencia silenciosa
La explotación sexual de menores está aumentando en África y afecta a todo el continente, según los resultados del informe publicado por Africa Child Policy Forum, que alerta de que se ha creado una «tormenta perfecta» debido al acceso creciente y sin regular a Internet, al escaso cumplimiento de las leyes y a que el continente es destino para el turismo sexual.
El estudio ‘Explotación sexual de menores en África. Una emergencia silenciosa’ reúne «pruebas alarmantes» sobre la magnitud que está alcanzando el problema y cómo las condiciones actuales hacen que para los depredadores sexuales sea fácil actuar con impunidad.
«Pese a las evidencias de este problema creciente, muchos países en África subestiman, malinterpretan o ignoran la magnitud de este odioso delito», lamenta el director ejecutivo de ACPF, Assefa Bequele, para quien «la explotación sexual de menores es la emergencia silenciosa de nuestro tiempo».
«El inquietante aumento en la explotación sexual de niños tiene sus raíces en la pobreza, la desigualdad y la discriminación que se ven exacerbadas por las actitudes tradicionales patriarcales y prácticas culturales como el matrimonio infantil y el trato a los niños como una propiedad», denuncia.
«La explotación sexual de menores es un escándalo oculto», coincide Graça Machel, presidenta de Graça Machel Trust y viuda del expresidente sudafricano Nelson Mandela. «Una de cada tres víctimas infantiles de explotación sexual no le cuenta a nadie su experiencia por temor a que no la crean o a ser responsabilizada, a represalias o al escarnio público», denuncia.
En el caso de los niños, incide Machel, «es más improbable que denuncien que han sido víctimas de explotación sexual, una situación que se ve empeorada por la falta de leyes que les protejan».
DESCONFIANZA EN LA POLICÍA Y LA JUSTICIA
La activista también denuncia «la falta de confianza en la Policía y los tribunales y la falta de servicios de respuesta y reparadores adaptados a los niños suponen que estos delitos pocas veces sean denunciados y lo que es incluso más improbable, perseguidos». Así pues, sostiene Machel, «la explotación sexual de menores es un problema multifacético que requiere acciones en múltiples frentes».
Según el estudio, en Ghana, por ejemplo, el 40 por ciento de los niños entrevistados habían experimentado una agresión sexual y el 18 por ciento dijeron haber sido violados, mientras que en el caso de Sudáfrica, uno de cada tres menores está en riesgo de abuso sexual antes de cumplir los 17 años.
Otra de las vías de explotación en el continente es el llamado «sexo transacional». En Uganda y Zimbabue, el 19 por ciento de las mujeres entrevistadas dijeron haber recibido apoyo material u otra ayuda a cambio de sexo durante su infancia. Los menores también son víctimas del tráfico de personas con fines sexuales.
EXPLOTACIÓN EN INTERNET
Además, «África se está convirtiendo rápidamente en la nueva frontera de la explotación sexual de menores online, pero la legislación y las medidas de protección de los niños no están siguiendo el ritmo», denuncia por su parte Shimelis Tsegaye, autor del informe.
«Muy pocos países africanos tienen leyes que penalicen los delitos sexuales online y aquellos que lo hacen con frecuencia no las cumplen de forma adecuada», lamenta. Como resultado de ello, «muchos niños no están seguros ni siquiera en sus propias casas», añade.
Según Tsegaye, «el acoso sexual infantil, los mensajes explícitamente sexuales y retransmisión en directo de abuso sexual a menores, en ocasiones en connivencia con los padres, es posible porque muy pocos países africanos tienen leyes para proteger a los niños en internet».
En el caso de Kenia, el 53 por ciento de los niños que viven en los barrios marginales urbanos y el 51 por ciento de los hijos de padres solteros están expuestos a películas pornográficas y por tanto son más vulnerables a la explotación sexual en Internet. En Senegal, hay pruebas recientes de que adolescentes están siendo reclutadas para hacer películas pornográficas mientras que en Camerún se puede encontrar a chicos y chicas de entre 14 y 18 años posando y trabajando en club de striptease donde se les graba.
TURISMO SEXUAL EN AUMENTO
Otra de las «tendencias preocupantes» identificada por el informe es que África se está convirtiendo cada vez más en un destino de turismo sexual, según Tsegaye. «Las leyes que regulan la explotación sexual cuando se está de viaje y turismo en África son débiles o inexistentes», lamenta.
«Esto da rienda libre a los delincuentes para intentar explotar sexualmente a menores», denuncia, incidiendo en que el 90 por ciento de los turistas sexuales son hombres procedentes en su mayoría de Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Alemania, Canadá, Corea del Sur y China y que «viajan a países con leyes débiles o poco respetadas como Sudáfrica, Nigeria, Etiopía, Uganda, Tanzania, Kenia, Ruanda y Sudán».
Así las cosas, el director de ACPF lamenta «el lento e inadecuado progreso que se está haciendo a la hora de combatir la explotación sexual infantil». «Los gobiernos africanos deben aprobar con urgencia leyes que definan explícitamente y prohíban la explotación sexual, que reconozcan a los chicos como víctimas de explotación sexual y que prohíban el turismo sexual con menores y la explotación online», reivindica.